Escalando a lo más alto. Shri Yogendra.

      Tiene que ser un científico temerario el que se atreva a negar la capacidad infinita de conocimiento aún por explorar que contiene la mente humana. Las investigaciones pasadas y presentes sobre la naturaleza, o los fenómenos para-psíquicos han revelado el enorme conocimiento trascendente a nuestro alcance mediante disciplina, control y desarrollo de la mente humana, y todavía mucho más en el plano subconsciente. Los que han intentado mostrar el subconsciente desde el ángulo objetivo han tenido cierto éxito y son entusiastas sobre el valor positivo del conocimiento que aún queda por descubrir. Los Yoguis van un paso más allá, para destacar que muy por encima del conocimiento objetivo, los logros subjetivos basados en leyes complejas y sutiles, ofrecen muchos portentos inalcanzables para el hombre común y de enorme envergadura, que pueden proporcionar inmensos beneficios a la humanidad.

        Por tanto, es un hecho natural, que se sucedan los portentos (super-poderes)(Vibhuti) a medida que el Yogui se va adentrando en sus experiencias subconscientes. Cada paso hacia arriba le infiere una fuerza (Virya) y fe (Sraddha) extra que incrementan su capacidad para acceder a lo más elevado del potencial humano, subjetivamente. El secreto en la idea básica del Yoga es lograr la totalidad (Kaivalya), pero existen desvíos tentadores en el proceso en forma de prodigios síquicos que no tienen el menor interés para el yogui. El está únicamente interesado en escalar las cumbres subconscientes; picos majestuosos de la vida moral, altruismo creativo, conocimiento de la realidad, pureza y la permanencia en el plano consciente.

        El Yogui rechaza cualquier poder extraordinario – incluida la omnisciencia y omnipotencia –, considerándolos como barreras que impiden el paso entre auto-consciencia y lo más elevado, lo más íntimo e inmaculado. Porque el conocimiento infinito del fenómeno natural y el dominio del poder ilimitado de sus leyes, implica una forma contaminada de auto-consciencia, ya que la CITTA o complejo de personalidad ha de elevarse hasta las últimas cumbres para convertirse exactamente en su prototipo (CITTASAKTI) – KAIVALYA, o consciencia absoluta. Esta es la máxima evolución accesible para el ser humano, ese desconocido.

        Lo que hace místico a un ser humano corriente, es la escalada gradual de estos colosos hasta alcanzar lo inalcanzable: la sublime consciencia. Además, a diferencia de los científicos, el conocimiento objetivo no lo es todo para el yogui. El ser humano, el espiritual, está decidido a demostrar que el Espíritu es más elevado que la Naturaleza fenomenal y no se contentará hasta que haya conseguido el dominio sobre lo más grandioso de la creación material.

          Y donde la ciencia puede estar satisfecha, el yogui no lo está, hasta que no haya concluido su expedición hacia lo desconocido, hacia la auto-consciencia. Esta escalada de las cumbres o “el vuelo de uno sólo hacia la soledad”, es un privilegio muy raro pero una bendición incluso para los más grandes. A través de todas las épocas de la Cultura India y algunas otras del mundo civilizado, encontramos la más alta reverencia a los Yoguis.

          No se pretende que caminantes pobres de espíritu entiendan ese amor de los Yoguis por las cimas y la pureza espiritual, ni esperar que el científico se despoje de su método de evaluación ortodoxo con su estadística material de pérdidas y ganancias, para entender a alguien que está fuera del alcance de su razón, experiencia e investigación.

TRADUCCIÓN: EPIFANIO CASTILLO

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