Tus palabras son nuestro camino 40 – ¿Quién soy yo?

Es necesario tomarse un tiempo para reflexionar sobre la existencia y sobre uno mismo. ¿Quién soy yo? ¿Soy el cuerpo? ¿Soy lo que ven mis ojos? ¿Qué es lo que realmente constituye mi ser? ¿La existencia física responde a todas las preguntas existenciales sobre el ser humano y su naturaleza? Es evidente que no responde a todas las eternas preguntas sobre la vida. En algunos aspectos puede que sea una pieza fundamental, pero no es el todo. Con una mirada superficial comprobamos que el cuerpo físico está sujeto a un proceso de cambios permanentes. Lo que indica que hay más componentes que entran en juego. La respuesta más común es que si no somos el cuerpo, somos los procesos mentales, la compleja personalidad con pensamientos, sentimientos, emociones, ideas, etc, que la mente es el ser real. Pero aquí también queda un enorme vacío sin responder.

La mente humana bulle continuamente con sentimientos, ideas, preocupaciones, negatividad, sufrimiento, pensamientos desordenados y confusos que evidentemente no son el ser ideal. Seguimos profundizando en la indagación, comprobamos que esta existencia es cambio, nada es estable ni permanente. Por tanto debemos proseguir con nuestro análisis y adentrarnos más aún en busca de respuestas fiables. A medida que el análisis se hace más sutil comprendemos las limitaciones del intelecto, reconocemos que no puede darnos las respuestas que buscamos. La mente tiene gran potencia e inteligencia, pero sus respuestas se quedan en la superficie. Para el buscador exigente esto no es suficiente. Si se buscan respuestas a preguntas existenciales, la mente no las puede responder, por tanto hay que trascenderla, sólo queda detener su funcionamiento y ver que se esconde tras este velo.

Es un desafío extraordinariamente difícil de abordar. Hasta hoy la única forma de comprender la vida y responder a las preguntas ha sido a través de la mente y la inteligencia. Al examinar objetivamente estas funciones de percepción y conocimiento vemos que presentan graves carencias. Sus percepciones y conclusiones son tan inexactas que no se pueden utilizar como instrumentos fiables. Es el caso de los impulsos o percepciones sensoriales, el ojo humano es un instrumento maravilloso y enormemente complejo, sin embargo su percepción deja mucho que desear, si comparamos los mismos objetos ante el microscopio sabemos que el ojo nos engaña, un material compacto e impenetrable para el ojo, se muestra totalmente poroso ante el microscopio.

El ojo humano tiene limitaciones, percibe una pequeña parte de la realidad, con la mente ocurre lo mismo. Así que el objetivo es transcender la mente, atravesar sus límites y acceder a un plano superior. Lo más importante es experimentar un grado de paz y serenidad. Porque cuando se produce un estado interno de estas características se accede a otro tipo de comprensión de la vida. El deber primario de todo ser humano es intentar experimentar este tipo de estados internos.

Dr. Jayadeva Yogendra

TRADUCCIÓN: EPIFANIO CASTILLO

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