El yoga no encuentra limites en las circunstancias, el tiempo o el espacio. Sin embargo, puesto que el yoga moderno ha sido mezclado con un sinfín de elementos que nada tienen que ver con el Yoga, el verdadero yoga o lo que denominamos yoga clásico se ha perdido por el camino. Es por esto que hoy en día tan solo se conoce el yoga del espectáculo, el yoga de exhibición, de unas cuantas posturas, respiraciones, prácticas boca abajo, algún cántico de mantras y pocas cosas más tomadas de aquí y allá, todas falsas, pues están totalmente vacías de yoga.
El yoga no requiere instrumentos. En una clase de Ashtanga Yoga de Patanjali, los ocho pasos son tan solo medios para llegar a Samadhi y no el objetivo en sí. Se presentan los pasos como la meta y ahí comienzan la mayor parte de confusiones en el Yoga. Así, cogemos un rosario, un Mala, que simplemente es una herramienta para la concentración, la sostenemos entre los dedos y contamos las cuentas del mismo, creyendo que es la meta y desconociendo por completo su significado real. Hoy en día son muchos quienes, buscando el yoga, han sido engañados así, pues siguen los pasos como si fueran las metas y no alcanzan nunca la verdadera meta puesto que han aceptado los pasos previos como el destino final. Cuando aceptamos esto, es nuestro final.
Existe una diferencia entre “estudiar Yoga” y preguntarse “por qué Yoga”. Si nos quedamos atascados en este concepto o tratamos de adquirirlo sin entenderlo realmente, es como comprar algo sin saber para qué vamos a utilizarlo, o como cuando un niño en un jardín arranca una flor, la sostiene unos instantes y acto seguido la arroja al suelo y se va, es una acción sin significado, pues ignora el por qué de su acción.
Por tanto, vivimos una vida carente de significado, ¡es un sinsentido! Patanjali lo denomina Avidya o ignorancia, conocimiento vacío. Realizamos las acciones con este conocimiento vacío, pues siquiera sabemos el por qué de las mismas. Deberíamos ser conscientes, tener un propósito, permanente, para hacer las cosas y trabajar en una dirección concreta
No pidas ayuda a nadie, pues nadie puede darte salud, felicidad o paz, éstas vienen por sí mismas, no pueden implantarse desde fuera. No habrá libro, maestro, formulismo o ritual que te ayude en este aspecto.
Cuando estudies yoga, no confundas los pasos del camino al objetivo de paz y felicidad, y no los interpretes como la meta en sí. Interpreta los pasos como lo que son, herramientas, déjalos atrás cuando hayas alcanzado alguno, cuando su propósito haya hecho su función.
En yoga, en primer lugar es necesario responder a ¿por qué el yoga de entre todas las cosas que existen en el mundo? ¿No quieres una casa, o alimento suficiente? Bueno, y si ya posees una casa y alimento suficiente, ¿por qué yoga? Habrá quien te diga que tienes de todo, un coche en el que moverte, un asistente en casa, alimento suficiente, dinero, entonces, ¿Por qué yoga? Es entonces el momento de preguntarse si tienes todo lo que siempre has deseado y si estos objetos te están aportando la felicidad y la paz que deseas
Así, ¿Por qué yoga? Tan solo se responde preguntándose si lo que queremos está a nuestro alcance y si puede aportarnos aquello que esperábamos. Si no es así, recurre al yoga.
CHARLA DE SHRI YOGENDRAJI
REVISTA YOGA AND TOTAL HEALTH
PUBLICACIÓN DEL THE YOGA INSTITUTE DEL MES DE SEPTIEMBRE 2016
TRADUCIDO POR OIHANA CASTILLO GONZÁLEZ DE MENDOZA
